El antídoto perfecto para las jornadas de verano en Buenos Aires (y con sus temperaturas) sumado a las horas laborales es, sin duda, el after office. Lo más interesante es que permite relacionarnos de otro modo con nuestros compañeros de trabajo (compinches y no tanto) en un ambiente distendido, relajado y agradable. La fórmula ideal para que la elección sea la esperada es considerar el ambiente, la gastronomía y la ubicación, por sobre todo.